lunes, 7 de diciembre de 2015

HACIA UNA PEDAGOGÍA DIALOGANTE: JULIÁN DE ZUBIRÍA SAMPER


HACIA UNA PEDAGOGÍA DIALOGANTE

JULIÁN DE ZUBIRÍA SAMPER


Hoy en día, un modelo pedagógico dialogante debe reconocer las dimensiones humanas y la obligación q tenemos las escuelas y docentes de desarrollar cada una de ellas. Como educadores somos responsables del desarrollo de la dimensión cognitiva de nuestros estudiantes, pero tenemos iguales responsabilidades en la formación de un individuo ético que se indigne ante los atropellos, se sensibilice socialmente y se sienta responsable de sus proyectos de vida individual y social. No se trata simplemente de transmitir conocimientos, sino de formar individuos más inteligentes a nivel cognitivo, afectivo y práxico ; se trata de formarlo con toda la felicidad, esfuerzo, cuidado, responsabilidad diálogo y trabajo que ello demanda. La función de la escuela es favorecer e impulsar el desarrollo y no debería seguir centrada en el aprendizaje. Esto tiene que ver con las dimensiones humanas. La primera dimensión está ligada con el pensamiento, la segunda con el afecto, la sociabilidad y los sentimientos; y la última, con la praxis y la acción en función del sujeto que siente, actúa y piensa. En un lenguaje cotidiano, diríamos que el ser humano piensa ama y actúa y que es obligación de la escuela enseñarnos a pensar mejor, amar mejor y actuar mejor.  
En consecuencia, hoy por hoy debería hablarse de tres tipos de competencias: analíticas o cognitivas, socioafectivas, personales o valorativas, y práxicas. Las tres dimensiones humanas conforman sistemas relativamente autónomos, pero interrelacionados. Su relativa autonomía se evidencia, en las diversas disincronías humanas alcanzadas entre cada una de las dimensiones, y en que en su proceso evolutivo participen diversos medios, mediadores y contextos. De allí que el desarrollo de una dimensión no necesariamente implica el desarrollo de otra, como lo evidenciamos al conocer personas profundas, brillantes y agudas, pero inmensamente inmaduras e inestables a nivel emocional y con sensibles problemas para amar a sus familias, a sus compañeros de trabajo.
Pese al carácter relativamente autónomo de las dimensiones humanas, así mismo y de manera más compleja, hay que entender que entre cada una de ellas existen interdependencias. De este modo, se puede afirmar que cada uno de los sistemas establece interdependencias con los otros. De allí que también se conozca más lo amado y que se interactúe más con ello, y que existan elementos cognitivos en todo proceso valorativo y práxico, o elementos valorativos en todo proceso cognitivo y práxico. Hay valores y acciones detrás de cada pensamiento.

De otro lado, los procesos cognitivos, valorativos y praxiológicos están demarcados por los contextos históricos y culturales en los que viven los sujetos, tal como lo demostró la Escuela Histórico-cultural. En este sentido, una teoría, un sentimiento o una práctica no puede comprenderse si se desconocen los contextos sociales, económicos y políticos en los cuales fueron gestadas4. Es así como el sentimiento de amor es marcadamente diferente en la tragedia griega, las novelas románticas o en la literatura contemporánea5. Ello nos obliga a privilegiar el análisis de los contextos sociales e históricos en los que se formulan y desarrollan las ideas, para poder entenderlas, interpretarlas y valorarlas adecuadamente.

CRÍTICA A LOS MODELOS PEDAGÓGICOS CONVENCIONALES
Modelos Pedagógicos Heteroestructurantes:
  • La educación en tercera persona tiende a aplastar los intereses de los niños.
  • Frena el desarrollo del pensamiento.  
  • Desconoce el papel activo del estudiante en el proceso de aprehendizaje.

Modelos Pedagógicos Autoestructurantes:

La educación en primera persona subvalora el papel del maestro y la cultura.
Sobrevalora las posibilidades del propio estudiante

MODELOS DIALOGANTES
Pretenden:
  • Reconocer el papel activo del estudiante en el aprehendizaje.
  • Reconocer el rol esencial y determinante de los mediadores.
  • Garantizar la Síntesis Dialéctica.

MISIÓN DE LOS EDUCADORES
  • Responsables del desarrollo de la dimensión cognitiva del estudiante.
  • Responsables de la formación ética, social y del proyecto de vida individual y social del estudiante.
  • Formar individuos más inteligentes a nivel cognitivo, afectivo y práxico.
  • Formarlos con toda la felicidad, esfuerzo, cuidado, responsabilidad, dialogo y trabajo que ello demanda.


MISIÓN DE LA ESCUELA
Favorecer e impulsar el desarrollo de las dimensiones humanas:
  • El pensamiento
  • El afecto, la sociabilidad y sentimientos
  • La praxis y la acción.

“Es obligación de la escuela enseñarnos a pensar mejor, amar mejor y actuar mejor” Julián de Zubiría.

INTERDEPENDENCIA
Es un principio según el cual las cosas y los sucesos están íntimamente integrados, escalonados en un proceso interrelacionado.
Las tres dimensiones son sistemas relativamente autónomos pero interrelacionados.
Se conoce más el amado y se interactúa más con ello.




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